Crónicas de Chapapotelandia: El Tiempo es el que es
Nuestros «Héroes» finalizan su camino, por el momento, con la caravana comercial con su llegada a Zaragoza (Año 1530), cuando el día toca a su fin, por lo que tienen que buscar un alojamiento para pasar la noche. La ciudad esta época del año parece un hervidero de gentes, de diferentes lugares de la península, que han convergido en ella por tratarse de uno de los puntos de confluencia del camino de Santiago. Debido a la gran cantidad de gente que acoge la ciudad estos días, lamentablemente solo pueden encontrar alojamiento en la posada menos recomendable de la ciudad, fuera de las murallas, al otro lado del Ebro en el arrabal de Altabas, un lugar llamado la Posada de Jose el Honesto, que hace honor a su nombre, fiándose de los protagonistas al darles habitación sin cobrarles nada, con la promesa de cobrar al día siguiente, cuando tengan dinero para pagarles (sacado de las ventas en el mercado). La posada solo disponía libre de 1 habitación individual y espacio en la comunal. Mientras esperaban la hora de ir a echarse un sueñecito, los personajes se disponen a tomar un tentempié en el salón (pan seco y duro), mientras prestan atención a los cotilleos de los viajeros que allí se encuentran a estas horas de la noche.
Entre otras cosas, se enteran de que últimamente se han encontrado varios cadáveres de mujeres jóvenes, mutiladas de forma horrible, como por obra de un animal salvaje. También se dice que últimamente han desaparecido muchas jóvenes vírgenes en la ciudad y que el Alguacil busca personas capacitadas para resolver el problema de forma discreta y rapida. También de que algunas novicias de la Iglesia de Santa Maria afirman haber tenido trato carnal con un ser hermoso, de alas negras, que las embeleso con sus encantos e hizo de ellas lo que quiso. El caso ha sido tan sonado que se rumorea que se ha hecho llamar a un agente del Santo Oficio a la ciudad para investigar. También oyen entre el gentío, que el Conde ha buscado un noviazgo provechoso para su primogénito, que la novia es muy fea, pero su familia es adinerada, por lo que la dote sera alta y es fértil dado su sano aspecto (es rellenita), por lo que le dará muchos hijos. Y por ultimo, pero no menos importante, se rumorea que se ha visto llegar a la ciudad a un alto cargo del gobierno, relacionado con el Emperador Carlos, pero no se sabe que asuntos le traen a la ciudad, porque no ha corrido ningún rumor de que se hubiera reunido con el Alcalde.
Aproximadamente a las 9 de la noche, mientras los personajes se encontraban en el salón de la posada, Anton Chapapote oye en el exterior los gritos de una mujer que llama a la guardia, porque unos encapuchados están secuestrado a una joven. Raudos y veloces nuestros «Héroes» salen al exterior de la posada en busca de la situación de los gritos, encontrándose en un callejón que una mujer, asomada a la ventana de una casa, señala en dirección al bosque diciendo que se han ido por allí. Los personajes se dirigen hacia la zona en la que se supone se encontraban los secuestradores, para encontrarse con una escena bastante chocante, en la que un ser peludo de 2 metros de alto aparece del bosque, lanzadose sobre los encapuchados que huyen de la zona con la joven. Cuando estos se dan cuenta de lo que pasa, la mitad del grupo se enfrenta a la bestia, dispuestos a cubrir la huida de sus compañeros, mientras otros 5 se disponen a huir de la zona con una joven a cuestas, llevada como en una carretilla por dos de ellos. Al ver como los personajes se acercan a la zona con intención de dejarlos atrás, el grupo de 5 malhechores que estaban enfrentándose a la bestia (que gracias a los conocimientos mágicos de Oleguer, identifican como un Lobisome), se divide en dejando a 2 de ellos enfrentándose a la bestia, mientras los otros tres se dirigían a impedir que los personajes les rebasaran para seguir al resto del grupo.
Mientras el Lobisome daba buena cuenta de dos de los asaltantes, el grupo de protagonistas también decidía dividir el grupo, de manera que Anton y Ramiro seguían al resto de secuestradores, mientras Oriol, Oleguer y Cortes dejaban fuera de combate al resto de los que se les enfrentaron.
Anton y Ramiro, se internaron en el bosque, seguidos de cerca por el Lobisome, del que no sabían si estaba siguiendo a los asaltantes o a los perseguidores. Una vez en el interior del bosque, gracias a las dotes rastreadoras de Anton, los dos perseguidores consiguen encontrar al grupo que huía de la zona con la muchacha. Cuando estos se percatan de que les están siguiendo, los 3 que no tenían las manos ocupadas se dirigieron a cubrir la huida de sus camaradas, lanzándose al ataque de los dos desconocidos que les seguían. Mientras el Lobisome también hacia lo propio cuando sorprendió a los dos personajes, atacándoles tal y como hacia también con los encapuchados, demostrando que se trataba de una fiera rabiosa. En medio de la refriega, Anton Chapapote cae herido de muerte por uno de los encapuchados y repentinamente todo el grupo se percata de que se encontraban de nuevo en el salón de la posada, en lugar de en medio de un bosque.
Al darse cuenta de que habían vuelto al momento antes de que los gritos se produjeran en el exterior, deciden salir afuera, para encontrarse con los secuestradores antes de que abandonaran la vecindad, pero los planes no salen bien y casi la totalidad de los encapuchados deciden enfrentarse al grupo, al verse perseguidos, mientras dos de ellos seguían a cuestas con la joven. Enfrentados a una superioridad numérica, dado que los encapuchados eran 8 y viendo que los otros dos lograban irse de la zona, Oriol piensa que deben de dirigirse a la misma zona que la vez anterior y decide atajar para encontrase con ellos antes de que huyan. Mientras Oriol conseguía esconderse para luego lanzar su ataque a uno de los encapuchado, consiguiendo que soltaran a la chica, que seguidamente salia huyendo de la zona, nuestros valientes se enfrentaban al otro grupo, con la desgracia de perder Ramiro un ojo en mal golpe y Anton recibir heridas muy grabes. Viendo que la cosa no podía salir bien con esos planes, Ramiro decide acortar el sufrimiento de Anton, disparando con su arma entre las partes nobles de Anton (a los huevos), dando como resultado que el grupo retrocediera en el tiempo hasta el punto en que se encontraban con el grupo de secuestradores. Como los planes anteriores no habían salido de forma correcta, deciden esta vez dirigirse hacia la zona del bosque por la que debían de pasar los secuestradores, para seguirlas y aprovechar el momento en que el Lobisome les atacara para rescatar a la joven, afirmando que seguramente el Lobisome atacaba solamente a los mas cercanos a si mismo.
Después de estar esperando durante un rato pacientemente la llegada de los secuestradores y en vista de que nadie se acercaba a la zona, deciden volver hacia la ciudad, para ver que había pasado que nadie se acercaba a la zona, divisando desde lejos los cadáveres de los secuestradores tirados a las afueras de la ciudad, pero sin rastro de la joven secuestrada, que lo mas lógico es que hubiera sido raptada por el Lobisome, dios sabe con que propósito.
Anton Chapapote usando sus dotes de rastreador consigue seguir el rastro del Lobisome hasta una zona cerca del linde del bosque, en la cual le pierde el rastro, pero gracias a su oído consigue distinguir las palabras de una persona que se dirige a una joven que parece ser que se encuentra indispuesta. Cuando de forma cautelosa se dirige al lugar de donde vienen esas voces, ve que en el lugar se encuentra el Sereno, que se acaba de topar con la joven secuestrada que se encuentra inconsciente. Para poder hablar con ella y de paso llevarla de vuelta a la ciudad, Cortes le aplica sus dotes como curandero, logrando despertarla y que les contara lo que había pasado. La joven dice llamarse Perla y afirma que fue secuestrada de casa de sus padres durante la noche, por los desconocidos que la llevaban, pero que cuando el grupo fue atacado por el animal ese, perdió el conocimiento y no sabe como ha llegado a este lugar. Los personajes amablemente se ofrecen a llevarla a su casa, después de indagar donde vivía y si vivía sola. Y dado que estaban preocupados por su seguridad, aparte de por ahorrarse el precio del alojamiento, se ofrecen para alojarse a cambio de protección en el hogar de la chica. Transcurre el resto de la noche sin incidentes y a la mañana siguiente nuestros protagonistas se disponen a acometer dos tareas distintas. Oriol decide que es el momento de sacarse unos cuartos vendiendo sus productos en el mercado y sugiere a Oleguer que se de un paseo por el mercado para recaba información de los cotilleos. Durante su paseo por el mercado Oleguer consigue averiguar que, durante la noche anterior, poco después del incidente en el que tomaron parte, un borracho afirmaba que había visto a un encapuchado lanzar un fardo grande la rió Ebro. También se entera de que el Sereno había visto como una figura de alas negra, salia a hurtadillas de la Iglesia de Santa Maria, perdiéndose luego en la noche. También consigue averiguar que durante la noche se había producido un asesinato en los alrededores de la antigua mezquita, siendo el cadáver el de una joven muy destrozado, encontrado por la ronda de la guardia a primera hora de la mañana. Algunos de los lugareños afirmaban que había sido visto entrado por la puerta principal, un agente del Santo Oficio, que viajaba sin escolta y que poco después se dirigió a la Iglesia de Santa Maria. Mientras el otro grupo, compuesto por Anton, Ramiro, Cortes, Rodolfo y Maria se dirigían al cuartel del Alguacil para preguntar sobre el trabajo que se ofrecía, relacionado con las desapariciones de muchachas que se estaban produciendo en la ciudad últimamente. Al llegar el otro grupo al cuartel, Rodolfo se da cuenta de que un antiguo camarada de armas esta allí y quiere hablar con el. Le comenta que había ido a buscarlo a la posada donde se suponía que debía de alojarse, pero no había podido encontrarlo allí, para comentarle el asunto de las desapariciones de jóvenes en la ciudad. Mientras estaba hablando con Rodolfo, su amigo se percata de la presencia de Anton y da ordenes a otros guardias de que sea apresado inmediatamente, comentando a Rodolfo a continuación de que se alegra de que sean aun tan eficiente en su trabajo y que le abonara gustoso la cantidad correspondiente a la recompensa por la captura del prófugo Anton Chapapote, que ascendía a 200 maravedies (enseñándole al cartel con la recompensa por su captura). Viendo que la recompensa no podía repartirse entre los tres soldados allí presentes, Ramiro protesta aduciendo de que no puede repartirse tal cantidad entre los tres y pidiendo una cantidad mayor para poder repartir, dado que la captura había sido cosa de los tres, mientras Cortes se hacia cargo de las armas de Anton como botín de guerra. El guardia al final accede a aumentar la cantidad a 300 maravedies, poco antes de indicarles donde se encontraba el Alguacil con el que tenían que hablar.
Una vez dentro del despacho, el Alguacil les pone al día sobre el asunto por el cual quería contratar a Rodolfo. Les explica que las desapariciones de jóvenes se producían al ritmo de 2 por día y que el asunto había empezado hacia una semana, por lo que deberían de resolverlo lo antes posible. A cambio de ellos les ofrecía 200 maravedies por cabeza o 300 en caso de que lo solucionaran de forma rápida. También les comento el asunto de los asesinatos horribles, que se estaban produciendo a razón de 1 por día, también desde hace una semana y que también le gustaría que solucionaran dicho problema, pero sin mencionar cantidad alguna a cambio. Aparte de eso también les felicitaba por la captura del prófugo Anton Chapapote, diciéndoles que había sido su propio padre el que había llevado el cartel de se busca a Zaragoza para su detención.
Mientras se producía esta reunión, en los calabozos se producía otra en padre e hijo. El padre recriminaba a su hijo Anton que había sido un tonto por pasearse por ahí sin disfrazarse y que por eso lo habían detenido. Que su detención había sido cosa de la justicia divida y que así lo quería dios. Que no pensaba que tuviera un hijo tan tonto. A lo que Anton se defendía como podía aduciendo que era inocente de la muerte de su mujer, mientras su padre daba detalles sobre la muerte de la misma y la cantidad de penachos que tenia clavados. Mientra hablaban sobre el posible juicio que le esperaba por sus delitos, llego un guardia a la celda para llevarse al reo para ser ejecutado inmediatamente, dado que como había tantos problema últimamente en la ciudad, el juez no estaba disponible y la justicia era mas expeditiva. Poco después Anton acababa colgado como un jamón en el patio de la guardia. Y momentos después de eso, nuestros héroes se encuentran otra vez, de noche, junto a Perla en el mismo momento en que terminaron la conversación con ella y se dirigían de nuevo a Zaragoza a casa de la moza. Pero a diferencia de la vez anterior ahora saben mas cosas y pueden intentar averiguar que esta pasando.